Tensión política en Honduras: Maniobras de LIBRE y el peligro de conflicto

La dinámica política en Honduras alcanza un punto crítico a pocos días de las elecciones generales de 2025. El partido oficialista LIBRE ha desplegado una serie de acciones que combinan intervenciones institucionales, movilización social masiva y estrategias de presión política, lo que genera incertidumbre sobre la estabilidad democrática y social del país.

Participación de las instituciones y supervisión de la contienda electoral

Durante las semanas recientes, LIBRE ha impulsado acciones que, según varios expertos y figuras de la oposición, se apartan del marco jurídico establecido. Estas acciones comprenden la creación de una comisión permanente en el Congreso Nacional sin fundamento legal, además de esfuerzos por inhabilitar a integrantes del Consejo Nacional Electoral (CNE).

Estas medidas pretenden, de acuerdo con fuentes de la oposición, garantizar el predominio del partido gobernante en el transcurso de la contienda electoral, ante la eventualidad de un revés para su aspirante a la presidencia, Rixi Moncada. Especialistas en derecho constitucional advierten que estas estrategias socavan la autonomía de los organismos, la claridad del proceso electoral y la validez de las facultades democráticas.

Organización comunitaria y alistamiento ante eventuales conflictos

A partir del 9 de noviembre de 2025, LIBRE ha convocado una movilización permanente que involucra a militantes de los 18 departamentos del país. Oficialmente, esta acción busca denunciar un supuesto plan de fraude por parte de los partidos tradicionales, incluyendo alegaciones sobre sabotaje logístico y manipulación del sistema de transmisión de resultados (TREP).

Analistas políticos señalan que la estrategia cumple un doble propósito: por un lado, presionar a la CNE, la Fiscalía y las Fuerzas Armadas; por otro, preparar un despliegue posterior a los comicios en caso de que los resultados no favorezcan al oficialismo, bajo la narrativa de “resistencia frente a un robo electoral”. Este escenario eleva la posibilidad de disturbios, confrontaciones y violencia organizada, según observadores nacionales e internacionales.

Posibilidad de un aumento hacia una convulsión social

La combinación de maniobras institucionales y movilización social ha generado un clima de incertidumbre que atraviesa distintos sectores de la sociedad. Organizaciones opositoras denuncian persecución, intimidación y amenazas, mientras ciudadanos reportan preocupación ante la posibilidad de enfrentamientos y desórdenes generalizados.

Expertos a nivel global alertan acerca de la aparición de grupos de seguridad no oficiales y la posible alteración del orden institucional. Indican que, si no se implementan sistemas de fiscalización y vigilancia, Honduras podría verse inmersa en una situación crítica que afecte la administración pública, la intervención de los ciudadanos y la solidez de las entidades.

Garantías democráticas y llamado a la estabilidad

La población y diversas entidades de la sociedad civil exigen garantías de claridad en los comicios y autonomía de las instituciones, al tiempo que la esfera internacional sigue de cerca el curso de los sucesos. El escenario presente resalta la urgencia de acciones que mantengan la independencia de las ramas del gobierno y la fiabilidad de los procedimientos democráticos, en una situación donde la división política y la agitación social se relacionan directamente con la posibilidad de conflicto y caos.

En este contexto, la realidad hondureña evidencia profundas fricciones entre la administración pública, la validez de sus instituciones y la intervención de los ciudadanos, lo que genera obstáculos urgentes para establecer un sistema electoral fidedigno y salvaguardar la armonía social.

Por Jaime Navarro