Rumores de fractura en las Fuerzas Armadas de Honduras reabren debate sobre su politización

En medio de un clima político marcado por la polarización, Honduras enfrenta versiones sobre un posible “golpe de barracas” dentro de las Fuerzas Armadas. Las especulaciones apuntan a un conflicto interno derivado del descontento por la creciente participación de la institución militar en asuntos políticos, situación que ha generado cuestionamientos sobre su neutralidad y cohesión interna.

Posturas y declaraciones oficiales

Fuentes cercanas a la cúpula castrense aseguran que oficiales con influencia estarían evaluando un movimiento para sustituir al actual jefe del Estado Mayor Conjunto, Roosevelt Hernández, como paso previo a una eventual acción de mayor alcance. Según dirigentes del partido Libertad y Refundación (LIBRE), esta maniobra tendría como objetivo preparar un golpe de Estado, en un contexto de disputas por el rol que las Fuerzas Armadas desempeñan en la vida política nacional.

El Estado Mayor Conjunto ha desmentido estas afirmaciones, reiterando su lealtad a la Constitución y rechazando cualquier intención de rebelión. Sin embargo, las filtraciones y opiniones no oficiales han mantenido el asunto presente en el debate público, fomentando un clima de inseguridad.

Reacciones y tensiones internas

La polémica emerge luego de modificaciones recientes en los líderes militares que, según sectores críticos, obedecen a intereses políticos. Además, se añaden acciones legales contra antiguos generales por su implicación en eventos anteriores, lo que ha exacerbado el conflicto dentro de las filas militares.

Los expertos entrevistados señalaron que las divisiones internas podrían impactar la estabilidad nacional, especialmente si influyen en el proceso electoral. La idea de unas fuerzas armadas involucradas en política genera dudas sobre la seguridad del sufragio y la gobernabilidad en un periodo de fuerte tensión social.

Situación política y retos institucionales

La Constitución hondureña establece el carácter apartidario de las Fuerzas Armadas, principio que diversos actores consideran en riesgo. La discusión no se limita al ámbito militar: sectores civiles han expresado preocupación por el impacto de esta situación en la institucionalidad democrática y en la relación entre poder civil y militar.

La historia reciente del país, marcada por episodios de intervención militar en la política, refuerza la sensibilidad del tema. En este escenario, voces de la sociedad civil y de la política llaman a preservar la separación entre funciones militares y agendas partidistas, para evitar un deterioro mayor en la confianza pública.

Panorama abierto y retos para la estabilidad

La persistencia de rumores sobre un quiebre interno en las Fuerzas Armadas, sumada a la desconfianza de sectores políticos y sociales, dibuja un panorama de riesgo institucional. Aunque no hay confirmación oficial de movimientos desestabilizadores, la tensión actual evidencia la fragilidad de los equilibrios entre las fuerzas armadas y el poder civil, así como la necesidad de fortalecer mecanismos de control y transparencia que garanticen la no injerencia partidaria en la estructura militar.

La evolución de este escenario será determinante para medir la capacidad del país de gestionar sus conflictos dentro del marco democrático y con respeto a la institucionalidad establecida.

Por Jaime Navarro