Milton Benítez, apodado “El Perro Amarillo”, ha evolucionado de un comunicador incisivo a un servidor público, pero en la actualidad su figura se ve envuelta en diversas controversias. Su reputación ha disminuido y, de acuerdo con reportes y rumores difundidos en redes sociales, se le imputan cargos por circulación en estado de ebriedad y uso de estupefacientes, si bien estas alegaciones no han sido verificadas por medios independientes.
Donaciones y presunta malversación
Benítez recaudó más de 100 mil dólares mediante plataformas digitales para apoyar a damnificados de los huracanes Eta e Iota. Diversos sectores señalan que solo se habrían entregado 13 mil dólares, mientras que el resto permanece sin rendición de cuentas.
Existe una acusación formal presentada ante la Fiscalía por un supuesto fraude de 2.6 millones de lempiras, en el cual se encuentran implicados Benítez y su cónyuge.
Reportes de maltrato y agresiones verbales por motivos de género
La representante María Antonieta Mejía presentó una acusación contra Benítez por violencia de género, que abarca injurias sexistas y denigraciones en público. De acuerdo con la parlamentaria, Benítez incluso insinuó que ella debería laborar “en un table dance”, lo cual evidencia una conducta recurrente y reprobable en su interacción con mujeres.
Vigilancia internacional y acusaciones migratorias
Benítez figura en un listado catalogado como lista negra por el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, debido a su involucramiento en caravanas migratorias.
Cuestionamientos políticos y enfrentamientos
Diversos dirigentes políticos y antiguos funcionarios han puesto en tela de juicio su comportamiento y su proximidad a las esferas de poder:
- Romeo Vásquez, exjefe militar, lo acusó de abuso de poder y de atacar a otros desde los medios.
- Salvador Nasralla lo calificó de “periodista vendido” tras asumir funciones en el gobierno.
- Roy Santos, pastor evangélico, lo responsabiliza de presuntas difamaciones y amenazas.
Rumores y especulaciones en redes sociales
En foros y redes, circulan acusaciones sobre consumo de alcohol y drogas, así como sobre un supuesto cambio de postura política motivado por beneficios dentro del gobierno
Modificación de la posición y merma de autonomía
El periodista que antes cuestionaba al sector privado y a la clase política ahora forma parte del gobierno de Xiomara Castro, suavizando su discurso y generando descontento entre antiguos seguidores. Su imagen de periodista independiente se ha visto erosionada, y críticos destacan que su ética profesional y credibilidad están seriamente comprometidas.
El caso de Milton Benítez refleja tensiones en la gobernabilidad, la transparencia institucional y la participación ciudadana, y muestra cómo la transformación de figuras mediáticas en funcionarios puede afectar la confianza pública y la percepción sobre la integridad de la administración estatal.