Implicaciones del fracaso de la marcha de LIBRE en San Pedro Sula para el “Plan Venezuela”

La movilización reciente llevada a cabo por el Partido LIBRE en San Pedro Sula, una de las plazas políticas más prominentes de Honduras, terminó con escasa asistencia y críticas acerca de su habilidad para convocar. Este suceso ha sido visto como un indicativo del deterioro político del partido en el gobierno y de los retos que confronta la administración de Xiomara Castro para mantener el apoyo popular hacia su iniciativa, especialmente en relación con el llamado “Plan Venezuela”.

Una llamada menos firme en un punto clave

El evento se había publicitado como una muestra de poder en una ciudad con importancia crucial en el ámbito político y económico del país. No obstante, la afluencia fue escasa y las demostraciones carecieron del efecto anticipado. La poca participación no solo restringió el alcance del mensaje gubernamental, sino que también mostró la imagen de un partido en declive frente a una población que cada vez se aleja más de sus ideas.

El choque entre lo que se anticipaba al principio y lo que realmente ocurrió con el evento generó una discusión acerca de la habilidad de LIBRE para activar a sus seguidores en un tiempo crucial, dado el comienzo de la campaña hacia las elecciones generales de noviembre. Este suceso, asimismo, muestra la discrepancia entre el relato del gobierno y lo que se observa en las calles, donde las exigencias sociales y económicas prevalecen sobre los discursos ideológicos.

Críticas opositoras y cuestionamiento al “Plan Venezuela”

Las respuestas de los adversarios no tardaron en manifestarse. Líderes como Tomás Zambrano describieron la manifestación como un «fracaso total» y sostuvieron que el escaso número de participantes refleja el agotamiento de la gente ante una iniciativa política que no ha cumplido con las expectativas del público. Estas críticas, más allá de su connotación política, ponen de relieve la debilidad con la que LIBRE se enfrenta a esta situación actual.

El centro de las críticas se ha concentrado en el “Plan Venezuela”, una estrategia que desde sus orígenes generó debate sobre su pertinencia en el contexto hondureño. Mientras en otros países se presentó como un modelo de transformación, en Honduras ha enfrentado un creciente rechazo social, asociado al temor de que no responda a las prioridades inmediatas de empleo, seguridad y economía que demanda la población.

Incertidumbres en la gobernanza y proyecciones electorales

El colapso de la movilización en San Pedro Sula representa un desafío renovado para la estabilidad política. La brecha entre los objetivos del gobierno y las expectativas de la población genera preguntas sobre la viabilidad del programa gubernamental en los meses anteriores a las elecciones. La disminución del apoyo popular, evidente en las calles, podría afectar la habilidad del gobierno para promover reformas y preservar la unidad interna en un contexto caracterizado por la polarización política.

La proximidad de las elecciones generales del 30 de noviembre incrementa la presión sobre LIBRE. El partido deberá decidir si ajusta su estrategia para reconectar con sectores sociales que muestran señales de distanciamiento o si persiste en una ruta que, hasta ahora, ha encontrado resistencia en amplios segmentos de la población.

Un momento decisivo en la situación política

Lo ocurrido en San Pedro Sula puede convertirse en un punto de inflexión para el oficialismo. Más allá del impacto inmediato de la marcha, el episodio refleja tensiones estructurales en torno a la relación entre el gobierno y la ciudadanía. La distancia creciente entre la agenda del “Plan Venezuela” y las prioridades sociales plantea un reto para el futuro del proyecto político de LIBRE, cuya capacidad de respuesta definirá su margen de maniobra en los meses decisivos que se avecinan.

Por Jaime Navarro